Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales https://kathrynxcml493386.blogvivi.com/39207001/la-confesión-de-zidane-sobre-su-cabezazo-en-2006